Bienvenido a la newsletter que te trae más clientes que un bar con aire en julio.
Hoy te voy a hablar de algo que me ha costado mucha pasta y pérdida de ventas.
No por no saber vender.
No por no tener buen servicio.
Pero sí por no hacer una cosa tan básica como dar señales de vida después de la primera reunión.
Porque sí:
he tenido llamadas buenísimas, con un interés brutal, con gente que me decía “esto que me cuentas, me flipa”…
y luego, nada. Silencio absoluto.
¿El problema? Que no hice seguimiento.
Por eso, en esta edición te cuento cómo monté mi sistema para no perder más oportunidades por olvido, despiste, fatiga o como quieras llamarlo.
Sin agobiar. Sin ser pesado.
Solo estando donde muchos desaparecen.
Vamos al lío con todo.

¿Cuánto cuesta conseguir un cliente desde LinkedIn?
La mitad de nuestros clientes los conseguimos porque mantuve conversaciones durante meses con ellos. Pero no conversaciones de venta, si no de todo menos de ese tema.
Me encanta hablar con la gente, que me cuenten su historia, recomendar los buenos servicios de gente que conozco…
Y eso ha hecho que sin quererlo ni beberlo, cierre más ventas.
Sin ser agresiva ni invasiva, teniendo relaciones cercanas con ellos.
Siendo yo al 100%. Y con el paso de tiempo me he dado cuenta de esto.
Porque antes no lo hacía, y eso me hizo perder a muchos clientes por el camino.
Mi CRM parece la vieja del visillo
Cada vez que hablo con una persona interesante la meto en el CRM, ya sea como posible lead, como posible colaborador, o incluso como posible amigo.
Al cabo del día hablo con mucha gente, y me encanta poder tener de un solo vistazo agrupados a personas con las que puedo tener algún tipo de relación profesional.
¿Qué hago?
Tras tener la reunión con la persona, la meto en el CRM y lo apunto absolutamente todo si esta me interesa (en el buen sentido):
- De dónde es.
- Cómo la he captado.
- Sensaciones que me ha dado.
- Tipo de empresa que tiene.
- Su puesto.
- Que objetivo busca en redes sociales.
- Personalidad a simple vista.
- Si me dijo que le escribiera “más adelante”.
- Datos curiosos como si tiene hijos, qué le gusta hacer en su tiempo libre, si su madre tiene una cita médica de no se qué, si odia la tarta de queso… cualquier cosa que me cuente, la anoto.
Y esta es la parte que me hace conectar más con ellos, 100%. La que me permite entablar conversaciones muy interesantes. Y también la que más me gusta.
Porque no hay cosa que odie más que tener conversaciones artificiales y superficiales, en las que se nota desde lejos que lo único que buscas es el dinero de la otra persona.
Digo que lo odio porque cuando trabajé en otras empresas y me dedicaba a vender servicios me obligaban a presionar a la gente para que me compraran y acabé traumatizada, no. Lo siguiente.
Si queréis vender, no pongáis a la persona entre la espada y la pared. Es lo peor que podéis hacer para conseguir ventas. Tanto para ellos como para vosotros.
¿Por dónde hago el seguimiento?
Si me escribió por LinkedIn, le escribo por ahí.
Si fue WhatsApp, seguimos por WhatsApp.
Si fue por email, pues por email.
Depende. Pero, sobre todo, sin presionar.
Solo aparezco en el momento que veo oportuno.
(Y sí esto también lo anoto en mi CRM).
Desde que hago esto, muchos leads que parecían desaparecidos en combate han vuelto. Y con ganas.
Porque cuando haces seguimiento bien hecho, la gente no se siente que la acosas.
Siente que la cuidas. Y eso, al final, se nota.
Herramienta que me salva las neuronas: Pipedrive
Es un CRM muy visual e intuitivo que me ayuda a no perder ni un lead.
Lo que más me gusta:
Tienes una vista tipo columnas (como un embudo), y vas moviendo a los clientes de fase según avanzan.
Puedes dejar notas, etiquetas y recordatorios en cada contacto.
Lo integras con el calendario y te manda avisos cuando toca hacer seguimiento.
Puedes automatizar emails o tareas sin volverte loco.
Con dos ratos que le dediques, ya tienes tu sistema montado. Y sí, te lo recomiendo 100%
En el vídeo de Alex Hormozi – Explicación del marco C.L.O.S.E.R. en ventas, habla de forma clara qué pasos clave tenemos que seguir para estructurar seguimientos que realmente convierten.
¿De qué habla?
Cómo orientar cada contacto para que el cliente dé el siguiente paso.
Qué evitar para no sonar “like a robot”.
Tips para aplicar desde ya en tus seguimientos.
Y hasta aquí la edición de hoy. Espero que la hayas disfrutado.
Nos vemos el sábado que viene.